¿Hay vida

después de

la muerte?

  por Herbert W. Armstrong (1892-1986)

 

¿Saben los muertos lo que hacen los vivos?

¿El suicidio le“pone fin a todo”?

¿Volveremos a ver a los seres queridos que han muerto?

¿Se van los difuntos al cielo o al infierno?

 

 

Este folleto no es para Ia venta.

Es publicado por Ia Iglesia de Dios

Universal y distribuido gratuitamente

como un servicio educativo para

el beneficio de Ia humanidad.

 

Edición española de

Is There Life After Death?

Texto original por Herbert W. Armstrong (1892-1986)

Es propiedad. Copyright © 1978, 1980, 1982

Iglesia de Dios Universal

Reservados todos los derechos.

Fotografía de Ia portada por Nathan Faulkner.

 

POR QUÉ EXISTE tanto misterio sobre la vida después de la muerte? ¿Por qué sostienen las diferentes religiones tantas creencias contradictorias al respecto?

¿Cómo podemos averiguar la verdad? ¿Estamos dispues tos a creer lo que Dios nos dice? Adán y Eva no le creyeron. Pocos hombres le creyeron a Cristo, es decir, no creyeron sus palabras. ¿Estaríamos dispuestos a creerle a Dios si El mismo nos lo revelara?

Hace más de medio siglo le comenté a mi esposa:

--Sé que la Biblia dice que debemos observar el domingo como día de reposo.

--¿Cómo lo sabes? me preguntó . ¿Lo leíste?

--No, pero sé que la Biblia lo dice, porque ias religiones cristianas se basan en la Biblia y todas observan el domingo.

¿Por qué no lo buscas tú mismo en la Biblia y luego me lo enseñas? me replicó. . .

No pude encontrar lo que buscaba. Sin embargo, ocurrió que por casualidad leí en Romanos 6:23: “La paga del pecado es muerte. . .“

Sorprendido exclamé: “Como! En la escuela dominical me ensenaron que la paga del pecado no es la muerte sino vida inmortal en el fuego eterno del infierno”. Y entonces continué leyendo el resto del versículo: “. . . mas la DÁDIVA de Dios es vida eterna .

Mi sorpresa fue aún mayor, pues yo pensaba que ya tenía vida eterna, que tenía un alma inmortal.

Había dejado de asistir a la iglesia desde los 18 años, pero había sido educado dentro de una respetada y bien estable-cida denominación cristiana. Lo que leí en la Biblia comenzó a intrigarme. Recordé haber oído a los predicadores referirse al día en que todos iríamos al cielo, afirmando que así lo enseñaba la Biblia. Pero en la Biblia leí las palabras exactas de Jesucristo: “Nadie subió al cielo . . .“ (Juan 3:13). Después de leer otras declaraciones inequívocas en el texto bíblico, comencé a darme cuenta de que las iglesias realmente no creían lo que Cristo había enseñado.

Fue así como hace más de 50 años fueron expurgadas de mi mente todas las enseñanzas, suposiciones e ideas erróneas que tenía acerca de Dios. Comprobé la inspiración infalible de la Biblia en su forma original. Tenía toda la razón al creer lo que Dios decía en su Palabra.

¿Qué es lo que nos dice la Biblia acerca de la vida Después de la muerte? ¿Ha existido alguien que haya experimentado en realidad vida después de la muerte? ¿Quién puede probar que esa vida existe y explicarnos cómo es?

Hay una respuesta para estas preguntas. El mismo Cristo murió; luego resucitó de entre los muertos y fue visto por muchos, entre ellos sus discípulos quienes habían estado a su lado durante los tres años y medio antes de su muerte y estuvieron con El 40 días después de su resurrección. Esos discípulos proclamaron haber sido testigos de la vida de Cristo después de la muerte.

En I Corintios 15:22-23 leemos: “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivifica dos [después de la muerte] . Pero cada uno en su debido orden . . .,, El decimoquinto capítulo de I Corintios es el “capítulo de la resurrección”, siendo el tema la resurrección a la VIDA después de Ia muerte. En el plan maestro de Dios existe un orden, o sucesión, de resurrecciones.

- Continuemos: “Cristo, las primicias [esto ocurrió hace mas de 1.900 años]; luego los que son de Cristo, en su venida. Luego el fin . . .“ (versículos 23-24).

Más adelante se explicará sobre la resurrección de aquellos que “son de Cristo”: los cristianos espiritualmente engendrados.Pero ¿qué ocurre con los demás?

« Los mismos que mueren en Adán, según el versículo 22, en Cristo . . . serán vivificados mediante una resurrección. En el versículo 23 leemos que “los que son de Cristo [serán resucitados] en su [segunda] venida”, ahora inminente, en la presente generación. Luego [vendrá] el fin (versículo 24). Pero los detalles de la resurrección del resto de la humanidad, la gran mayoría de todos los seres humanos que han existido, se hallan en otra parte de la Biblia.

1En el capítulo 20 del libro del Apocalipsis se mencionan dos resurrecciones adicionales, además de la primera.

La primera resurrección está descrita en el versículo 4, donde dice que los que son de Cristo vivirán y reinarán con El en la tierra por mil años. Satanás será prendido y encerrado en el abismo (versículos 1-3), pero los otros muertos novolverán a vivir hasta que se cumplan mil años (versículo 5).

Después, comenzando con el versículo 11, leemos: “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios [por motivo de la segunda resurrección] ; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados . . . según sus obras”.

Esta será la mayor resurrección en cuanto al número de personas que serán resucitadas. Incluirá a los miles de millones de individuos que, sin ser juzgados en ese entonces, vivieron SEPARADOS de Dios.

2Esencialmente, la Biblia es un libro sobre la nación de Israel. El relato de la resurrección de todos los israelitas que no fueron llamados previamente a la salvación espiritual se encuentra en el capítulo 37 del libro de Ezequiel. En una visión el profeta Ezequiel fue llevado a un valle lleno de huesos secos. En el versículo 11 Dios le dijo que los huesos eran la casa de Israel. A estos esqueletos se refiere la Escritura cuando dice: “Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza”.

Pero al Profeta se le dijo que les declarara a estos esqueletos: “Así ha dicho el Eterno el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel” (verscu1o 12).

En la visión, antes de que Dios explicara a Ezequiel la identidad de los esqueletos, le mandó que les dijera a los huesos secos: “Así ha dicho el Eterno . . . He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis . . .“ (versícu los 5-6). Continuando con el versículo 13: “Y sabréis que yo soy el Eterno, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío. Y pondré mi espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo el Eterno hablé, y lo hice, dice el Eterno”.

Esta profecía trata de una resurrección en la que los israelitas volverán a la vida como seres mortales de carne y hueso. No se trata de una resurrección como la de los santos quienes a la segunda venida de Jesucristo serán resucitados como seres inmortales compuestos de espíritu y con vida inherente en ellos mismos.

Dios nunca les ofreció su espíritu ni la salvación espiritual a los israelitas del Antiguo Testamento. Únicamente les dio promesas materiales y nacionales a cambio de obediencia. Pero ellos no quisieron obedecer.

Sin embargo, en esta resurrección ante el gran trono blanco, juntamente con todas las demás personas que estuvieron separadas de Dios, estos israelitas (incluso aquellos que no fueron llamados aun después de la primera venida de Jesucristo) serán resucitados a la vida mortal como seres de carne y hueso. En ese entonces tendrán la oportunidad de COMPRENDER PLENAMENTE que el Eterno es Señor, y cuando se conviertan, Dios los llenará de su espíritu santo. Ellos también, junto con todos los individuos de las diversas naciones que no hayan sido llamados específicamente antes del milenio, vivirán de nuevo como seres humanos (físicos) en esta segunda resurrección. Después de un periodo de desarrollo y de vencer el pecado, recibirán la salvación espiritual ... sin que Satanás este en medio para engañarlos.

Ahora volvamos al capítulo 20 del Apocalipsis. Los versiculos 13 al 15 indican que habrá entonces una resurrección de aquellas personas incorregibles que rechazaron la salvación eterna que les fue ofrecida. Estas y las que al final de la segunda resurrección se encuentren todavía con vida y tengan la misma actitud rebelde, morirán la segunda muerte: completa extinción en el lago de fuego. Pedro describe el lago de fuego como la faz de la tierra convertida en una masa ardiente (II Pedro 3:10).

3El profeta Malaquías agrega: “Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho el Eterno de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama. Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y . . . hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho el Eterno de los ejércitos” (Malaquías 4:1-3). “Y serán como si no hubieran sido” (Abdias 16).

Ahora bien, 4¿qué sucede entre el instante de la muerte y el tiempo de la resurrección? Las enseñanzas de la Palabra de Dios, a diferencia de muchas doctrinas religiosas y ecle- siásticas, dicen que los difuntos ESTÁN MUERTOS, que quedan absolutamente inconscientes. Observemos lo que dice la sabi-duría inspirada de Salomón: “Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos NADA SABEN (Eclesiastes 9:5).

Hace algún tiempo un ministro de la Iglesia de Dios Universal me narró las experiencias que tuvo con tres posibles suicidas. A cada uno le dijo: “Antes de suicidarse le conviene saber lo que le sucederá en el momento mismo de su muerte. En cuanto a su conciencia del tiempo, al despertar en la resurrección le parecerá como si hubiera transcurrido tan sólo una fracción de segundo después de su muerte; y si usted se asesina, aún tendrá que enfrentarse a todos sus problemas, a los cuales se sumara la culpa de haberse suicidado. ¿Por qué no soluciona sus problemas ahora, antes de cometer este asesinato?” Ninguna de las tres personas se suicido.

5En realidad, nada se remedia con tratar de salir por la puerta falsa del suicidio creyendo que es el camino más fácil para escapar de las dificultades. Lo único que la muerte trae es un despertar “instantáneo” en la resurrección, porque un ser humano no sabe absolutamente NADA desde el segundo en que muere hasta el segundo en que despierte en la resurrección. Estas personas, explicó el ministro, supusieron que con el suicidio TODO TERMINARÍA y que escaparían de todos sus problemas; pero al fin pudieron darse cuenta de que no sólo tendrían que enfrentarse a ellos más tarde, sino que se agregarían una acusación de ASESINATO contra sí mismos en aquel juicio. Por esto pudieron comprender que el suicidio no era el camino más fácil para escapar de sus dificultades.

No, la muerte no es un amigo, sino un ENEMIGO. Jesucristo vino para DESTRUIR la muerte a fin de que todos pudieran disfrutar de una vida feliz, abundante y llena de tranquilidad, cada uno a su debido tiempo. El vino para que tuviéramos VIDA, y para que la tuviéramos en abundancia (Juan 10:10).

Sin duda alguna, hay vida después de la muerte. Cristo hizo posible un potencial humano tan grande y trascendental que parece increíble. El vino para morir en nuestro lugar, con el fin de pagar la pena en que hemos incurrido y ¡PARA DARNOS VIDA!

Jesús mismo enseñó que hay vida después de la muerte. Se lo explicó al fariseo Nicodemo, aunque éste no le creyó; Jesús le dijo: Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis ... (Juan 3:12).

¿Por qué no comprendió Nicodemo cuando Jesús le dijo: “El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”?¿Por qué la gente no capta el significado de estas mismas palabras hoy en día? ¿Cuántos en la actualidad están conscientes de que el evangelio de Cristo fue la proclamación de una NOTICIA sensacional nunca antes anunciada?

 

6Jesús fue un “difusor de noticias”

Los judíos de aquella época conocían, o debían conocer, la profecía de Malaquías con respecto a todo esto. Se trataba del evangelio de Dios, y la palabra evangelio significa “BUENAS NOTICIAS”.

Jesús fue un “difusor de NOTICIAS”, por así decirlo, y la noticia que trajo era algo absolutamente NUEVO, algo que no había sido proclamado a la humanidad anteriormente. Era la noticia más maravillosa de toda la historia, una noticia referente al trascendental e indescriptible potencial del hombre.

El extraordinario mensaje que Jesús nos trajo no se refería a hechos pasados. Ese mensaje contenía el anuncio POR ADELANTADO del increíble y UTÓPICO MUNDO DE MAÑANA. Era un mensaje que se refería a la vida después de la muerte. Era el anuncio de que nosotros, los seres humanos, podríamos NACER DE NUEVO. Sin embargo, ¡casi nadie entiende esta ver- dad!

¿Por qué el mundo nunca ha reconocido esta verdad como la más estupenda de las noticias? Porque en el primer siglo de la era cristiana los enemigos del evangelio ¡se encar garon de ocultarla!

La Iglesia de Dios, cimentada en Cristo y en los apóstoles originales, fue fundada el día de Pentecostés en el año 31 de nuestra era. Aproximadamente dos décadas más tarde, cuando el apóstol Pablo escribió su epístola a los gálatas, el mensaje central del evangelio ya había sido suprimido y falsos ministros habían logrado desviar al pueblo hasta el punto en que habían aceptado un EVANGELIO DIFERENTE. Estas son las palabras de Pablo: “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo “ (Gálatas 1:6-7). También escribió: “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad “ (Romanos 1:18). En el capítulo 11 de II Corintios, Pablo nos habla de los falsos apóstoles, engañados por Satanás (versículos 13-15), quienes predican un evangelio distinto (versículo 4).

¡Ha llegado la hora, pues, de que el verdadero mensaje sea anunciado! Ha llegado la hora de que el verdadero SIGNIFICADO del mensaje sea explicado con toda CLARIDAD ¡para que todos puedan Comprenderlo! (ver Mateo 24:14).

Lo haremos en este folleto. ¡El leerlo será para usted un desafío crucial! Necesitamos comprender qué fue lo que se anuncio. De lo contrario, jamás podremos entender lo que Jesús quiso decir cuando habló acerca de “nacer de nuevo”.

 

7¿Cuáles fueron las noticias?

Notemos primero, brevemente, cuál fue este sorprendente mensaje. Hay un preaviso del mismo en la profecía de Malaquías: “He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí, y vendrá súbitamente a su templo el Señor [el Mesías] a quien vosotros buscáis” (Mala quías 3:1).

Notemos ahora el inicio de la proclamación del mensaje; se encuentra en el primer capítulo del Evangelio de Marcos: “Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios, comoestá escrito en Isaías el profeta . . .“ (versículo 1). Y a continuación sigue la cita de Malaquías a la que acabamos de referirnos, además de una cita del libro de Isaías. Estas, a su vez, son seguidas por el relato que se refiere a Juan el Bautista, quien preparó el camino delante del mensajero.

Luego, en los versículos 14 y 15 leemos: “Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”. En otras palabras, ¡CREED las buenas noticias!

 

8¿Qué es el reino de Dios?

¿A qué se refería Jesucristo al hablar del reino de Dios?Todo su mensaje, su evangelio, giraba en torno al REINO DE Dios. Sin embargo, hoy en día muy pocos están enterados de ello y de su significado.

Para tener un reino hacen falta dos cosas: a) una nación y b) el gobierno que la rige. Una explicación más detallada de este tema se encuentra en el folleto titulado Cómo vendrá la paz mundial. Si aún no lo ha hecho, solicite hoy mismo un ejemplar; se lo enviaremos gratis a vuelta de correo.

En algunos casos, los pobladores de una nación son los descendientes (hijos) de un hombre. La nación de Turquía desciende, en parte, del antiguo Esaú, el hermano gemelo de Jacob, cuyo nombre fue cambiado al de Israel. Jacob fue el padre de la nación de Israel. Antes de que estos hermanos nacieran, Dios dijo a su madre Rebeca: “Dos naciones hay en tu seno” (Génesis 25:23).

Jesús, el Mesías, habría de venir como el “mensajero del PACTO”. El “antiguo pacto” había establecido a los hijos de Israel como una NACIÓN o REINO de seres humanos, la que se llamó el reino de Israel. Jesús vino como mensajero anunciando un NUEVO pacto, el cual establecería a los hijos de Dios, compuestos de espíritu, como el reino de Dios.

Así como el antiguo reino de Israel estaba compuesto de la familia humana de un hombre: Israel, igualmente, el reino de Dios estará compuesto de la familia divina de Dios.

Pero ¿qué tiene esto que ver con la vida después de la muerte? ¡Muchísimo!

 

9Por qué rechazaron el evangelio

los gobernantes judíos

Los gobernantes judíos de la época de Jesús pensaron que El proclamaba el establecimiento inmediato de un nuevo gobierno, para así derrocar al Imperio Romano que dominaba a Judea como estado vasallo.

Uno de estos prominentes judíos era un hombre llamado Nicodemo, al que ya nos hemos referido. Nicodemo era fariseo, y los fariseos eran hostiles a Jesús a causa del evangelio que proclamaba. Nicodemo, sin embargo, quiso conocer personalmente al mensajero y hablar con El acerca de su mensaje. Para evitar las críticas de sus colegas, fue a ver a Jesús de noche.

“Sabemos que has venido de Dios como maestro”,.le dijo (Juan 3:2).

El uso de la primera persona del plural indica que los fariseos conocían la identidad divina del mensajero y la fuente de su mensaje. Pero a los fariseos les interesaba proteger su posición como gobernantes dentro del Imperio Romano, no el enterarse de las revelaciones divinas.

Jesús captó la importancia de las palabras de Nicodemo. Ei mensaje de Cristo era el anuncio del advenimiento del GOBIERNO MUNDIAL de Dios, es decir, del REINO de Dios, el cual regirá sobre todas las naciones con el GOBIERNO divino.

Los gobernantes judíos tuvieron miedo de ese mensaje. Jesús era de su mismo linaje, era judío como ellos. Los fariseos temieron que si no se oponían a Jesús, serían destituidos de todo poder y quizá condenados a muerte como agentes subversivos que pretendían derribar el gobierno romano. Los fariseos creyeron que Jesús estaba proclamando el derrocamiento inmediato de aquel gobierno.

 

10No es un reino para esta era

Jesús, por consiguiente, no malgastó palabras. Clara y directamente proclamó que su reino no era de este mundo ni de esta era sino del MUNDO DE MAÑANA, es decir, de una era diferente y futura. Dijo también que no estaría compuesto de humanos sino de seres inmortales: ¡sería la familia de Dios!

Jesús, por tanto, le explico a Nicodemo: Ei que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3).

Es importante notar la relación vital que hay entre el “nacer de nuevo” y el reino de Dios, en el sentido de que ninguna de las dos cosas es de esta era ni de este mundo.

Pero la abrupta declaración inicial de Jesús confundió a Nicodemo. Hoy los dirigentes de los cientos de sectas y denominaciones que se llaman cristianas aún están confusos y engañados; sin embargo, no lo están de la misma manera como lo estuvo Nicodemo.

Nicodemo sí entendió claramente lo que significaba nacer. El sí supo que nacer significaba salir del seno materno a la luz del mundo. Mas los dirigentes religiosos de hoy buscan interpretaciones diferentes. Lo que Nicodemo no podía entender era el cómo, es decir, de qué manera podía alguien nacer DE NUEVO. Por supuesto, teniendo una mentalidad orientada hacia lo carnal, sólo podía concebir un segundo nacimiento físico. ¡Pero sí sabía lo que significaba nacer!

 

11¿Un segundo nacimiento humano?

Intrigado y confuso, Nicodemo preguntó: “,Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?” Y añadió: “,Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?” La confusión de Nicodemo no se debía al significado de la palabra nacer; lo que no podía comprender era la posibilidad de un segundo nacimiento. El pensaba que Jesús se refería a un segundo nacimiento humano. A Nicodemo no se le ocurrió que pudiera tratarse de un nacimiento que no fuera el físico, pues su mente no podía comprender las cosas espirituales.

Notemos que Jesús explica claramente que el reino de Dios es algo que uno puede llegar a ver, pero únicamente si nace de nuevo; el reino de Dios no se ve durante nuestra vida física. Además (ver el versículo 5), sabemos que el reino de Dios es algo en lo que se puede entrar, pero sólo por medio de un nacimiento NUEVO y totalmente diferente.

He aquí el punto crucial que lo explica todo: “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del espíritu, espíritu es “ (Juan 3:6).

El hombre, ahora, es carnal, humano. Está hecho de MATERIA. “Polvo eres, y al polvo volverás”, le dijo Dios a Adán. El libro del Génesis también nos dice: Entonces el Eterno Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló En su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente” (Génesis 2:7; ver también Génesis 3:19).

 

12Los que nazcan de nuevo serán espíritu

Jesús dijo explícitamente que cuando una persona nazca Del espíritu, ¡SERÁ espíritu! Así lo dice ya Biblia. Puede leerlo y comprobarlo usted mismo.

El reino de Dios, pues, estará formado por seres ESPIRITUALES, no por seres humanos.

En el nacimiento humano, nuestra madre, al darnos a luz, nos trae al mundo. Cuando hayamos nacido del espíritu, entonces pasaremos de la Iglesia de Dios (entidad física) al reino de Dios (un reino de seres espirituales).

El hombre, ahora, está compuesto de carne, que es una sustancia material. Cuando nazca de nuevo, SERA espíritu, será espiritual, no humano. Estará COMPUESTO de espíritu, con vida inherente que no dependerá del aire que se respira ni de la sangre que circula por las venas y arterias.

Refiriéndose a la próxima era, cuando el reino de Dios esté instaurado en el mundo, es decir, refiriéndose a la vida después de la muerte, Jesús dijo estas palabras: “Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeies de Dios . . .“ (Mateo 22:30). El matrimonio es una unión física y humana. En la era del reino de Dios, cuando hayamos nacido de nuevo, seremos espíritu, no entes carnales. Una vez que nazcamos de Dios como seres espirituales, ya no seremos humanos. Los ángeles son espíritus; están compuestos de espíritu (ver Hebreos 1:7). Jesús no dijo que seríamos ángeles, sino que seríamos como los ángeles: sin sexo y compuestos de espíritu. Los ángeles fueron creados como seres espirituales, pero no han sido engendrados por Dios ni han nacido de Dios como hijos suyos. Nosotros, por tanto, seremos aun superiores a los ángeles.

Jesús lo explicó así a Nicodemo: “El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del espíritu” (Juan 3:8). No podemos ver el viento, el cual es comparado aquí con el espíritu. Ambos son invisibles. Esto explica por qué, en ya carne mortal que ahora tenemos, no podemos ver el reino de Dios. Los que lo hereden serán espíritu y el espíritu es normalmente invisible para los ojos humanos.

 

13Por ahora somos seres de carne y hueso

El apóstol Pablo explicó con claridad que el reino de Dios es algo que los seres humanos podemos heredar, pero no en esta era, es decir, no mientras estemos compuestos de materia. “El primer hombre es de la tierra, terrenal [humano] ; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo” (I Corintios 15:47). En otras palabras, ese segundo hombre es un ser divino.

Esto mismo es lo que Jesús estuvo explicándole a Nicodemo. Nicodemo era un ser terrenal, humano; estaba compuesto de carne, no de espíritu. Había nacido de la carne; por tanto, era carne. Pero cuando uno nazca del espíritu, entonces también será espíritu. En este pasaje Pablo quiso explicar la misma verdad.

Pero nosotros no podemos ser seres espirituales durante esta era. Hay un FACTOR TIEMPO relacionado con nuestro nacimiento en el reino de Dios.

Veamos al respecto I Corintios 15:49: “Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del , celestial”. Aunque ahora somos carne, luego seremos espíritu, cuando resucitemos, es decir, cuando nazcamos de nuevo. Entonces, en la resurrección cuando seamos espíritu, veremos el reino de Dios y entraremos en él.

“Pero esto digo, hermanos: que ya carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibies, y nosotros seremos transformados “ (versículos 50-52). Entonces podremos nacer de nuevo; entonces podremos ver el reino de Dios, heredarlo y entrar en él, mas NO ANTES.

¿Cómo seremos transformados? Las siguientes palabras del apóstol Pablo nos dan la respuesta: “Porque es necesario que esto corruptible [la carne que ahora tenemos] se vista de incorrupción [se convierta en espíritu, nazca de Dios] , y esto mortal se vista de inmortalidad”. Es necesario que nuestra carne material sea transformada en espíritu.

Mientras no nazcamos de nuevo, es decir, mientras nuestra carne no sea transformada en espíritu, no podemos ver el reino de Dios ni entrar en él. Esto es lo que Jesús le dijo a Nicodemo (Juan 3:3-8).

Mientras estemos compuestos de carne y hueso, no podremos heredar el reino de Dios, dijo el apóstol Pablo (I Corintios 15:50).

Mientras no se produzca la resurrección, que tendrá lugar a la venida de Cristo, nuestra carne corruptible no será convertida en espíritu incorruptible (I Corintios 15:50-53 y los versículos 22-23).

Hasta la resurrección, por consiguiente, no podremos ver el reino de Dios, ni heredarlo ni entrar en él. ¡No PODREMOS NACER DE NUEVO HASTA EL TIEMPO DE LA RESURRECCIÓN!

 

14Ahora somos herederos, no poseedores de la herencia

Mientras nos encontremos en nuestro estado actual: nacidos de la carne, compuestos de carne, no podremos ver, heredar ni entrar en el reino de Dios. Consideremos ahora la situación o estado, en esta vida y en este mundo, del cristiano verdaderamente convertido: “Y si alguno no tiene el espíritu de Cristo, no es de él” (Romanos 8:9). A menos que uno haya recibido el espíritu santo, y este espíritu se encuentre morando en él, no es cristiano. Afiliarse a una iglesia no lo convierte a uno en cristiano; antes bien, uno se convierte en cristiano cuando recibe el espíritu de Dios y se deja guiar por él.

 

15La analogía del nacimiento físico

Veamos ahora cómo el proceso por medio del cual el espíritu de Dios entra y mora en un ser humano se asemeja al proceso físico mediante el cual el espermatozoide masculino fecunda al óvulo femenino. La vida espiritual eterna, al igual que la vida física, es algo que se da o se imparte para que luego se produzca una PERSONA ESPIRITUAL. El óvulo Fecundado, el embrión, todavía no es una persona humana Nacida. Es una entidad a la cual el padre ha impartido vida. Es una entidad engendrada por el padre, pero ni el embrión Ni el feto son personas nacidas. De la misma manera, el Humano que ha sido engendrado espiritualmente todavía no es un ser espiritual, aunque sí lo será, según dijo Jesús, Cuando nazca de nuevo.

Continuemos leyendo: “Y si el espíritu de aquel que Levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que Levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su espíritu que mora en bosotros” (Romanos 8:11). ¡Comprendamos bien esto! se establece una comparación directa entre el nacimiento físico y el nacer de nuevo, que es nacer de Dios. Jesús dijo que lo que nace de la carne, carne es: un ser humano, y lo que nace del espíritu (de Dios), espíritu es: un ser espiritual.

La vida mortal humana comienza cuando la célula espermâtica procedente del cuerpo del padre fecunda (le imparte vida física) al óvulo que se encuentra dentro del cuerpo de la madre. En este momento el padre engendra, mas no da a luz; la madre, más tarde, se encargará de esto. La parte física que en ese proceso corresponde al padre queda terminada en el momento en que su hijo es engendrado. Y entonces entra en juego el FACTOR TIEMPO, pues en el momento de la concepción,el parto (el nacimiento) no ha ocurrido aún.

Toda esta explicación es imprescindible, ya que la cristiandad engañada alega que cuando se recibe o se acepta a Cristo, cuando se profesa a Cristo o se recibe por vez primera el espíritu santo deDios, ya la persona ha “NACIDO DE NUEVO”.

Por eso es necesario que nos fijemos bien en la relación que existe entre el nuevo nacimiento y el proceso de la concepción y el nacimiento físicos.

 

16El factor tiempo

En la reproducción humana interviene el factor tiempo. Ttanscurre cierto tiempo entre el momento de la concepción y el nacimiento. Ese período, en el género humano, es de nueve meses. A ese período de nueve meses le llamamos gestación. Después de la concepción, el óvulo ya fecundado es llamado embrión. Al cabo de unos pocos meses se le da el nombre de feto. Durante esos nueve meses no nos referimos al embrión ni al feto como a un ser ya nacido. Ese embrión o feto sí es hijo de sus padres, pero todavía está atravesando por el proceso que culminará en su nacimiento. Es un hijo no nacido aún. El padre ya lo ha engendrado, pero la madre todavía no lo ha dado a luz.

En cuanto al “nacer de nuevo”, el proceso de este segundo nacimiento comienza cuando la VIDA ESPIRITUAL DE DIOS nos es impartida mediante el espíritu santo que, emanando de la persona misma de Dios, penetra en nuestro interior para morar en nosotros. Conviene leer una vez más las palabras de Pablo: Y si el espíritu de aquel que levanto de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su espíritu que mora en vosotros” (Romanos 8:11). Esta es la descripción de lo mismo que Pablo explica en I Corintios 15:50-53 . . . la resurrección.

Queremos que esto quede bien claro porque millones de personas que profesan ser cristianas creen sinceramente que cuando aceptan a Cristo o reciben su espíritu santo, ya han “nacido? de nuevo”. Sin embargo, lo que realmente ocurre es lo siguiente: Después de cumplir con las condiciones de arrepentimiento, fe y bautismo, uno recibe el espíritu santo. Elespíritu de Dios le constituye en miembro de la Iglesia de Dios. La Iglesia es llamada el cuerpo de Cristo: “Porque por un solo espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo . . . (I Corintios 12:13).

 

17La Iglesia es nuestra madre

A la Iglesia se le llama en la Biblia “la Jerusalén de arriba” o “Jerusalén la celestial” (Hebreos 12:22). Con esto en mente, tomemos nota de lo que nos dice Pablo en su epístola a los gálatas: “Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre” (Gálatas 4:26).

He aquí la analogía que surge de este análisis: Cuando somos engendrados por Dios el Padre mediante la recepciónde su espíritu santo, somos puestos dentro de la Iglesia, la cual, durante este periodo de gestación, es nuestra madre.

La madre humana alimenta al hijo que lleva en su seno, de modo que ese hijo, en su etapa embrionaria y fetal, pueda crecer y desarrollarse físicamente. Además, ella lo lleva en la parte de su organismo donde la criatura puede estar mejor protegida contra el riesgo de lesiones físicas, hasta que llegue el momento del parto.

La madre espiritual - la Iglesia tiene -la misión de “apacentar la grey” (I Pedro 5:2) por medio del ministerio que Dios le ha dado “a fin de perfeccionar a los santos . . . para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un var6n perfecto . . .“ (Efesios 4:11-13). De la misma manera en que el feto humano se desarrolla y crece físicamente durante el período de gestación que precede a su nacimiento, también nosotros, después de ser engendrados por el espíritu de Dios, nos desarrollamos y crecemos espiritualmente antes de nuestro segundo nacimiento.

La vida humana comienza con lo que la Biblia llama “simiente corruptible” (I Pedro 1:23), es decir, la célula espermática. La vida divina, en cambio, empieza con lo que es incorruptible: el espíritu santo de Dios que penetra en el ser humano. Y así como el embrión humano debe crecer hasta convertirse en feto y luego continuar desarrollándose hasta nacer, también el cristiano, en quien se ha engendrado la vida divina por el don que Dios le da de su incorruptible espíritu, debe crecer hasta alcanzar la perfección para después nacer dentro de la familia de Dios. Entonces será perfecto, incapaz de pecar.

Pero esa perfección de CARÁCTER justo y santo debe desarrollarse con la ayuda de Dios y su espíritu santo durante esta vida humana, que es la etapa de “gestación” espiritual.

La Iglesia no solo alimenta a sus miembros con la Palabra de Dios (alimento espiritual), sino que también protege a los hijos engendrados por Dios, aún no nacidos dentro de la familia de Dios, para que no sufran daño espiritual, como bien nos lo enseña el siguiente versículo: “para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error” (Efesios 4:14).

Entonces, cuando llegue el tiempo de la resurrección, la Iglesia, que es nuestra madre espiritual, NOS DARÁ A LUZ y naceremos dentro del reino de Dios, que es la familia de Dios compuesta de espíritu.

 

18Ahora somos hijos de Dios

Romanos 8:14 nos dice: “Porque todos los que son guiados por el espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios”. El niño aún no nacido, que permanece en el claustro materno, es hijo de su padre y de su madre, aunque no haya nacido todavía.

Del mismo modo, si el espíritu de Dios mora en nosotros, y si somos guiados por el espíritu de Dios, somos hijos de Dios,aunque todavía estamos en un estado de gestación. Somos HEREDEROS designados, sin haber tomado posesión de la herencia que nos está destinada.

Pablo continúa: “Y si hijos, también herederos, herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él [en el futuro, cuando llegue el momento de la resurrección] seamos glorifi -cados” (versículo 17).

Notemos que este pasaje compara nuestra resurrección GLORIOSA, cuando nos convertiremos en ESPÍRITU, a un nacimiento: “Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios [esto es, la época en que Cristo vendrá a REINAR, la época en que resucitaremos a la vida ESPIRITUAL] . . . porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora” (Romanos 8:19-22).

Lo que hemos visto es otra comparación o analogía. Seremos liberados de este mundo y entraremos en el glorioso MUNDO DE MAÑANA y en el reino que se encargará de gobernarlo. (Nótese que aunque nuestra madre, la Iglesia, está en este mundo, no es de este mundo.)

La creación está esperando el tiempo de la segunda venida de Cristo, la resurrección y el advenimiento del reino de Dios, pues la creación va a ser LIBERTADA de la esclavitud de la corrupción. Todavía no está libre; lo estará después de la resurrección. Si bien este pasaje no se refiere directamente a nuestro nuevo nacimiento, sí constituye una comparación directa con el nacimiento de un niño que, saliendo del claustro materno, entra en el mundo.

La resurrección, el momento en que seremos convertidos en espíritu y heredaremos el reino de Dios, será el tiempo en que nos LIBERTAREMOS de la esclavitud de lo corruptible y de este mundo de pecado. ¡SERÁ UN VERDADERO NACIMIENTO!

 

19Cristo, por su resurrección, nació de nuevo

Continuemos leyendo las palabras del apóstol Pablo: “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos” (Romanos 8:29).

Comparemos este texto con los versículos 3 y 4 del capítulo 1 de la misma epístola: “Acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según ya carne, que fue declarado Hijo de Dios . . . por la resurrección de entre los muertos”.

En la carne, por su primer nacimiento, Jesús era del linaje de David. Pero por la resurrección de entre los muertos, su nuevo nacimiento, se convirtió en el Hijo de Dios, es decir, ya no humano sino compuesto de espíritu. Así, Cristo se convirtió en el primogénito entre muchos hermanos, los que también nacerán de nuevo cuando llegue el tiempo de la resurrección de los que pertenecen a Cristo.

Nos damos cuenta, por supuesto, al igual que se dio cuenta Pablo cuando escribió las palabras que acabamos de citar, de que Jesucristo también era Hijo de Dios como ser humano. Aunque nació de una mujer humana, había sido engendrado por Dios. Pero lo que queremos señalar aquí es la comparación de los dos nacimientos: uno, como descendiente de David, nacido de María, su madre humana; otro, como Hijo de Dios, en virtud de su resurrección a la gloria.

Aclaremos enfáticamente que esto no implica que Jesús fue un pecador que necesitaba ser salvo. Como pionero, Jesús nos dio el ejemplo de que también nosotros podemos NACER de Dios.

20¿Cómo seremos cuando nazcamos de nuevo?

La Biblia nos da la respuesta a esta pregunta: “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transfor mará el cuerpo [físico] de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya . . . (Filipenses 3:20-21).

En un pasaje del capítulo 3 de la primera epístola del apostol Juan, se dice claramente que nosotros , es decir, los cristianos conversos, engendrados por Dios, somos ahora hijos de Dios (como explicamos anteriormente), pero “aún no se ha manifestado LO QUE HEMOS DE SER” (versículo 2). Nosotros, en el futuro, seremos diferentes. Como Jesús le explico a Nicodemo, seremos espíritu inmortal.

A continuación Juan revela una MARAVILLOSA VERDAD: “Pero sabemos que cuando él [Cristo] se manifieste, SEREMOS SEMEJANTES A ÉL . . .“ En otras palabras, ¡nos pareceremos a Cristo!

¿Cómo es el Cristo GLORIFICADO? Sus ojos brillan como llamas. Sus pies resplandecen como bronce bruñido. Su cara es como el sol EN TODO SU ESPLENDOR. ¡Su resplandor es tal que nuestros ojos se cegarían si pudiéramos mirarlo ahora! (Apocalipsis 1:14-16; 19:12-13; Mateo 17:2).

¡Así seremos usted y yo si finalmente NACEMOS de Dios!

 

21Nuestro potencial trascendental

Hay otro pasaje bíblico que muy pocos han comprendido y que revela nuestro trascendental e increíble potencial. Comienza en Hebreos 2:6: “,Qué es el hombre, para que te acuerdes de él?”

En verdad, ¿por qué habría el gran Dios de estar pendiente de nosotros los mortales? ¿Por qué nos puso sobre la tierra? ¿Cuál es el propósito de nuestra existencia? ¿Cuál es nuestro potencial trascendental? Este potencial va mucho, muchísimo más allá de cualquier cosa que hayamos podido pensar o imaginar. ¡Es algo increíblemente impresionante!

¿Estamos dispuestos a creer lo que se halla explicitamente declarado en la Biblia? Helo aquí, comenzando en el versículo 7 del capítulo segundo de Hebreos: “Le hiciste un poco menor que los ángeles, le coronaste de gloria y de honra, y le pusiste sobre las obras de tus manos”, es decir, sobre la creación de Dios.

 

22Incluye el universo entero

“Todo lo sujetaste bajo sus pies. Porque en cuanto le sujetó TODAS las cosas, nada dejó que no sea sujeto a él . . .“ ¿Podemos captar ya trascendencia de estas declaraciones? El UNIVERSO ENTERO, en toda su vastedad e infinidad, ¡está sujeto al hombre! Sin embargo, ese poder es sólo para los hijos NACIDOS de Dios. Ei hombre no se encuentra aún en ese estado. Cristo es la única excepción.

“Pero todavía no vemos [en el estado actual de gesta ción] que todas las cosas [el universo] le sean sujetas” (ver sículo 8). ¿Qué es lo que vemos ahora? “Pero vernos a . . Jesús, coronado de gloria y de honra (versículo 9). Si, a Jesús se le ha dado ya la administración ejecutiva del reino o gobierno de Dios sobre la totalidad del universo. Pero mientras no haya llegado el tiempo en que hemos de heredar y poseer el gobierno de la tierra, lo que ocurrirá cuando Cristo retorne, El aún permite que Satanás prosiga con su obra de engaño.

Continuemos leyendo: “Porque convenga a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos. Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos” (Hebreos 2:10-11).

 

23Cristo, nuestro hermano mayor

Somos, según citamos de las Sagradas Escrituras, herederos de Dios y coherederos con Cristo, como HERMANOS suyos. El se nos ha adelantado a la gloria, por medio de su resurrección, como el pionero.

Cristo es el primogénito entre muchos hermanos. Él ha HEREDADO ya “todas las cosas”, es decir, ¡EL UNIVERSO ENTERO! Nosotros todavía no somos herederos. Todavía estamos atra vesando el proceso de nuestra gestación para luego nacer de Dios. Jesucristo es ahora nuestro hermano mayor y sumó sacerdote, encargado de supervisar nuestro desarrollo espiritual y de prepararnos para que en el futuro seamos reyes ysacerdotes y ¡reinemos! juntamente con El!

Durante los primeros mil años después de Cristo, gobernaremos EN ESTE PLANETA, pues hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y sobre la tierra” (Apocalipsis 5:10).

 

24Reinaremos con Cristo

 

Durante esos primeros mil años, Jesús reinará desde Jerusalén en el trono de su antecesor terrenal, David (ver Isaías 9:6-7) Cristo dice "Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro… (Apocalipsis 2: 26-27 ) Ahora bien, ¿cómo y desde que lugar hemos de regir?

También Cristo dijo estas palabras: " Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono (en Jerusalén), así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono" (Apocalipsis 3:21).

Cuando hayamos nacido de Dios estaremos compuestos de espíritu; ya no seremos humanos de carne y hueso. ¡Entonces se nos conferirá GRAN PODER!

Como lo profetizo Daniel, los justos se harán cargo de los reinos de la tierra y los gobernarán por mil años, estableciendo la PAZ MUNDIAL y el gobierno divino bajo Cristo.

¿Qué ocurrirá después? Hebreos 2 nos dice que entonces, bajo la dirección de Cristo, recibiremos poder para gobernar el universo entero en toda su vastedad. Ese poder le ha sido dado a Cristo, y nosotros, como coherederos suyos, ¡lo com partiremos con El!

Sí, habrá vida después de la muerte para aquellos que sean obedientes a los mandatos de Dios. ¡Será una vida espiritual cuyo potencial excederá a nuestros sueños más fantásticos e increíbles! ¿Podemos los humanos comprender el extraordinario significado de estas maravillosas verdades? Nuestra meta principal debe ser la de heredar la vida inmortal, pues el deseo de nuestro misericordioso Padre y de su Hijo Jesucristo es concedernos el dón de la vida eterna.