¿Cuál es el DÍA de
REPOSO CRISTIANO?

Este folleto no es para la venta.
Es publicado por la Iglesia de Dios
y distribuido gratuitamente como
un servicio educativo para el beneficio de
la humanidad.

Tomado de la edición de 1.962, 1.964, 1.968, 1.970, 1.971, 1.972, 1.973

Herbert W. Armstrong
(1.892-1.986)

¿Da igual en qué día de la semana descansamos? ¿Fue dado el Sábado únicamente al pueblo judío mientras que a los cristianos se les ordena guardar el domingo como "día del Señor"?

__ Capítulo Primero __

 

 

¿Tiene ello importancia?


CIERTAMENTE, la mayoría de la gente de profesado cristianismo acepta el domingo como "el día del Señor". Los mahometanos observan el viernes. Algunas religiones no observan ningún día. Y hay quienes insisten que el séptimo día, el sábado, es el que obligatoriamente debemos guardar como día de reposo, y que el no observarlo constituye un pecado cuyo castigo será la muerte eterna. ¡Sin duda esta es una afirmación muy seria! Pocos la toman en serio, mas ello no la desmiente ni borra su gravedad. ¿Ha estudiado usted con seriedad esta cuestión alguna vez? Si alguien me informa que mi casa está en llamas, no voy a reírme y restarle importancia al asunto. Lo examinaría para asegurarme. Si la persona se ha equivocado, por lo menos sabré que mi casa está intacta. Hace muchos años aprendí que es muy peligroso dar las cosas por sentadas descuidadamente. Es más sensato y seguro conocer todos los hechos y después tomar una decisión. Y la vida eterna del hombre es muchísimo más valiosa que su casa. Hoy, pocos saben que la controversia sobre sábado contra domingo fue muy acalorada durante los tres primeros siglos de la era cristiana. Hubo violencia y derramamiento de sangre; millones de personas fueron torturadas y muertas por este asunto. ¿Quién tiene la razón? Y al fin y al cabo, ¿tiene ello alguna importancia?

Los tiempos cambiantes

Hace años, me vi forzado a encarar este dilema. Mi esposa me dijo haber encontrado en la Biblia que los cristianos están obligados a guardar el sábado - desde la puesta del Sol el viernes hasta la puesta del Sol el sábado. La afirmación me saco de quicio - me endureció en extremo. Esto para mí era un exagerado fanatismo. ¡Tenía muchos argumentos en contra! Me vi retado a estudiar el asunto, ¡a examinar todos los hechos! Fui provocado a emprender una investigación seria. No pude pasar por alto el asunto. ¡Tenía que vivir con él! ¡Había invadido mi propio hogar! Cada vez que se plantea este problema vienen a mente otros muchos. ¿No debemos adaptar nuestra religión a los tiempos cambiantes? Después de todo, ¿no se escribió la Biblia hace mas de 1.900 años? ¡Hoy vivimos en un mundo diferente! Ese es un argumento. Sin embargo, ¿tenemos libertad para demostrar por el razonamiento nuestra propia religión? ¿Haremos las decisiones sobre nuestro propio destino, en el juicio final? ¡Quizás sea mejor que busquemos la verdad! Algunos preguntarán: ¿Cómo puede este mundo, tal como está organizado hoy, reposar en el séptimo día, el sábado? Todas las actividades y sistemas de este mundo giran en torno a la observancia del domingo.

Como por ejemplo, "supongamos que nos hallamos de viaje en un barco. ¿Es de esperar que detengan los motores y que el barco suspenda su marcha al anochecer del viernes?" "¿Y los servicios públicos en las grandes ciudades: la electricidad, el agua, el gas? ¿Deben los departamentos de policía cerrar sus puertas y conceder un día de fiesta a los criminales?" "Supongamos que la nación está en guerra. ¿Deben nuestros ejércitos suspender la lucha al caer el Sol el viernes? ¡Quizás el enemigo no lo vea de la misma manera!" "Y además, ¿acaso no se ha perdido el cómputo del tiempo? ¿Cómo podemos saber si el sábado es el mismo día de la semana que fue en la creación o en los tiempos de Moisés?" Algunos dirán, en conclusión: "¿Qué más da, que guardemos uno u otro día, o que no guardemos ninguno?" Estas preguntas y muchas más deben ser contestadas - ¡y lo serán en este libro! En primer lugar, en un mundo donde la cristiandad establecida y organizada guarda el domingo, y donde la mayoría de las personas no observan seriamente ningún día como sagrado, ¿cómo podemos saber la verdad? ¿Existe alguna autoridad suprema con el poder de la vida y la muerte sobre nuestra eternidad, con poder para declarar y hacer valer la verdadera respuesta? ¿Con qué autoridad observan los cristianos el domingo; los mahometanos el viernes; los sabatarios el sábado, y otros, ningún día? ¿Existe alguna autoridad para observar el viernes, el domingo o el sábado?

Está claro que no todos reconocen una misma autoridad. ¡Si no hay un Dios! Permítaseme declarar desde un principio que si no hay un Dios, si se dejara a Dios fuera de este asunto, ¡entonces ¡no veo cómo podría tener importancia alguna! No puedo imaginar cómo, con base en razonamientos puramente humanos y sin tener en cuenta una suprema autoridad, pueda tener importancia alguna el día que guardemos ni el hecho de observarlo o no. ¡Pero el Dios todopoderoso y creador sí existe! Su existencia se comprueba fácilmente. Su poder y su divinidad son claramente visibles en la creación misma. ¿Ha pensado usted alguna vez en ello? Oh, sí, Dios está en el asunto, aunque el hombre no lo quiera reconocer. Ese gran Dios ha puesto en vigor perpetuo leyes invisibles que gobiernan esta misma cuestión. ¡Aquel Dios y aquellas leyes existen, viven y son activos! Y su existencia y sus efectos no dependen del simple hecho de que un solo hombre o toda la humanidad lo reconozcan. ¡Dios todopoderoso posee las llaves de la vida y la muerte! ¡Es Él quien rendirá el fallo final sobre nuestros destinos para la eternidad! Ésta es la razón por la cual esta cuestión sí tiene importancia para nuestro bienestar ahora, y para nuestra eternidad. Así, pues, debemos resolver, de una vez por todas, qué o quién es la autoridad suprema por la cual seremos juzgados. ¿Explica esta autoridad por qué es importante, y cuáles son las consecuencias de la desobediencia o la negligencia? Hace algún tiempo, una autoridad religiosa declaró que buscando en la Biblia desde el Génesis hasta el Apocalipsis, no se hallará una sola línea que autorice la observancia del domingo; que la Biblia manda santificar el séptimo día o sábado, y que toda la autoridad para la observancia del domingo se basa en los edictos del hombre.

Y afirmó que la autoridad de Jesucristo ha sido remplazada por una serie de dirigentes humanos, lo cual sin duda resultará sorprendente para muchos creyentes. Pero, con certeza, ¿cuál es la verdad? ¿Se ha detenido usted alguna vez a comprobar la existencia de Dios? ¿Puede realmente demostrar, con pruebas positivas e irrefutables, que Dios es creador y que Él gobierna como autoridad suprema e infalible sobre toda su obra, sobre el universo entero?Sí, usted lo puede demostrar, ¡siempre que no rehúse aceptar la verdad! Nosotros ofrecemos esa prueba en nuestro folleto gratuito, ¿Existe Dios? Y la Biblia es la Palabra autorizada de Dios, su mensaje inspirado y libro de instrucciones para la humanidad, y la única autoridad infalible por la cual será juzgada la humanidad La Biblia nos dice que Jesucristo es el fundador de la verdadera Iglesia de Dios del Nuevo Testamento.

¿Cuándo estableció Cristo su Iglesia?

Pero, ¿cuándo fundó Cristo o empezó realmente la Iglesia de Dios? ¿Lo hizo siendo aún humano mortal, o después de su resurrección y ascensión al cielo?
Durante su vida humana y mortal Cristo se limitó a enseñar su mensaje - su evangelio. Pero la Iglesia de Dios fue fundada el día de Pentecostés, en el año 31 d.C., - después de que Cristo resucitó, fue glorificado y ascendió al trono de Dios en el cielo.

En el capítulo 16 de Mateo, Jesús acababa de preguntar a sus discípulos quién creían ellos que era Él. Pedro había respondido que Él era el Cristo o el Mesías que había sido profetizado - el Hijo del Dios viviente. A lo cual Jesús había respondido que ningún hombre se lo había revelado, sino su Padre que estaba en los cielos.
Entonces prosiguió Jesús: "Y yo también te digo, que tú eres Pedro [la palabra original de inspiración, en griego, petros, significa una piedra diminuta, una piedrecita] y sobre esta roca [la palabra original de inspiración, en griego, petra, significa roca de gran tamaño o rocosa] edificaré mi iglesia" (Mateo 16.18).

Ahora bien, se afirma que la piedra sobre la cual fue fundada la Iglesia se refiere a Pedro y no a Cristo, pero nótese el verdadero significado, escrito originalmente por Mateo. Mateo escribió en el idioma griego. Entonces no existía el español. Las versiones de la Biblia en español son traducciones de la lengua griega original.
A Pedro también se le llamaba Cefas (del griego kéfas, del arameo kéfa). En Juan 1.40-42 se relata cómo Andrés, hermano de Simón Pedro, encontró a éste y lo llevó ante Jesús. "Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir piedra)", (versículo 42). El vocablo en español "piedra" viene del griego petros, que significa una piedra diminuta. También la voz griega kéfas significa lo mismo, una piedra pequeña, refiriéndose definitivamente a un hombre humano.
Pero cuando Jesús dijo: "Sobre esta roca edificaré mi iglesia" (Mateo 16.18), la palabra griega original escrita por Mateo no fue ni kéfas ni petros, sino petra, que significa una gran roca maciza.

"…y la roca era Cristo"

Veamos algunos otros pasajes donde se utiliza esta misma voz griega petra. En Mateo 7.24, habló Jesús del hombre que construyó su casa sobre la roca. La voz griega empleada es petra. ¿Podría un hombre construir sobre un guijarro o piedra diminuta una casa tan firme que no pudiera ser llevada por el viento? ¡Desde luego que no! En el siguiente versículo, Jesús dijo que la casa no cayó a pesar de las lluvias torrenciales, las inundaciones, los fuertes vientos, porque aquella casa había sido construida sobre la roca. Por lo tanto, ¡la palabra petra denota grandeza, solidez, firmeza! También se define como una masa de roca.

En Mateo 27.60 se dice que el sepulcro en que fue enterrado Jesús después de la crucifixión, ¡fue labrado en la peña, en la petra! Se trata de una masa rocosa y no de una piedrita. Su tamaño era suficiente para labrar de ella una tumba familiar. Yo he visto aquella roca. He caminado dentro de aquel sepulcro. Es una roca enorme y no una piedra pequeña.

El vocablo griego petra no puede referirse al humano Pedro, ¡sino al Cristo glorificado! Hablando de los israelitas bajo el mando de Moisés en el desierto, Pablo escribe: "…porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo" (1 Corintios 10.4).

Según el Greek-English Lexicon de Liddell-Scott: "No hay ningún ejemplo entre los buenos autores de petra [petra] en el sentido de petroz [petros]". Al contrario, se hace la distinción entre petra y petros. En lenguaje sencillo, pues, la petra era Cristo, pero la piedra pequeña, petros o kephás, era Simón Pedro. ¡Eso resuelve el dilema de una vez por todas!

Cristo es la cabeza de la Iglesia

¿Era Pedro la cabeza de la Iglesia? ¿Qué dijo él mismo al respecto? Refiriéndose a Cristo y a la Iglesia, él escribió lo siguiente: "Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion [la Iglesia] la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; y el que creyere en él, no será avergonzado. Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, la piedra que los edificadores desecharon, ha venido a ser la cabeza del ángulo; y: piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados" (1 Pedro 2.6-8).
En el pasaje anterior, Pedro se dirige a la Iglesia. Tomó una cita de Isaías 28.16: "He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable". Esto representa a Cristo como aquel cimiento de la Iglesia sobre el cual ésta se edifica. La Iglesia de Dios se edificó sobre la Roca (su cimiento), Cristo, y no sobre la piedra, Pedro.

En el pasaje de 1 Pedro 2, la palabra "piedra" en cada caso se ha traducido del griego lithos y no de petros. Lithos se define como una piedra - una piedra de molino o de tropiezo. La misma palabra se utiliza para las piedras con las cuales se construyó el templo, y también para la piedra que se hizo rodar a la entrada del sepulcro de Cristo. Sin embargo, la palabra roca, en el versículo 8, se traduce del griego petra, que significa una piedra maciza. Representa a Cristo y no a Pedro como la cabeza de la Iglesia.

La Iglesia se describe en Efesios 2.20 como edificada "sobre el fundamento de los apóstoles y profetas [incluyendo a los profetas del Antiguo Testamento], siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo". Aquí se afirma, pues, claramente que Jesucristo es el jefe o la cabeza de la Iglesia.

El verdadero fundamento de la Iglesia es Cristo. "Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo" (1 Corintios 3.11). Cristo nunca abandonó a sus discípulos ni renunció su autoridad en favor de ningún ser humano. Él mismo afirmó: "No te desampararé, ni te dejaré" (Hebreos 13.5). En Apocalipsis 1.13, 18 Cristo se representa como la Cabeza viviente, espiritualmente, en medio de la Iglesia. ¿Quién es, según la Palabra de Dios, la cabeza viviente de la Iglesia? "Cristo es cabeza de la Iglesia" (Efesios 5.23). Léalo también en Efesios 4.15; 1.22; Colosenses 1.18; 2.19.
¡Jesucristo resucitó de entre los muertos y vive hoy! Durante más de 1.900 años ha sido la Cabeza viviente y el Sumo Sacerdote de la verdadera Iglesia, que Él edificó.

Así pues, la verdadera Iglesia de Dios del Nuevo Testamento fue fundada por Jesucristo y no por ningún ser humano.
Hemos encontrado, pues, la única autoridad infalible que puede resolver de una vez por todas este asunto sobre el día de reposo.
Dicha autoridad suprema es Jesucristo, y su palabra escrita, la Biblia.

Aun así, ¿qué importancia tiene ello?

Aunque sea Jesucristo la cabeza viviente de la verdadera Iglesia, y aunque sea Él la autoridad suprema para solucionar este asunto, todavía alguien podría preguntar: "¿y esto qué tiene que ver conmigo? Y aunque se trate de una cuestión de pecado, ¿qué más da?"

La mayoría de las personas hoy no tienen a Dios en cuenta y toman el pecado a la ligera. Y como dije antes, si no se toma en cuenta a Dios, entonces no puede tener importancia alguna el día que guardemos ni el hecho de observarlo o no.

¡Pero sí debemos tomar en cuenta a Dios! Él está en el asunto.
Es cierto que para la mayoría de las personas Dios no parece algo real. Pero nosotros somos creación de Dios. Dios todopoderoso puso a la humanidad sobre la Tierra con un propósito. ¡Sus leyes y decretos determinan nuestra felicidad, nuestro bienestar y éxito aquí y ahora, y nuestro destino para la eternidad! Cuando nos enfrentemos ante al juicio final, no seremos nosotros el juez.

El Dios Eterno creó todo el universo. Él puso en movimiento, mantiene y controla todos los poderes, las fuerzas y las energías. Él gobierna su obra, y las leyes que puso en vigor determinan nuestro bienestar o falta del mismo. Sí, ¡es preciso tenerlo en cuenta, pues Él tiene una parte muy activa e importante en esta cuestión!

¿Está también implicado el asunto del pecado? ¿Quién determina qué es pecado y que importancia tiene ello?
La mayoría de las personas no saben qué es el pecado. Hay quienes dicen que bailar es pecado - otros lo niegan. Algunos dicen que es pecado fumar, y otros que no. Distintas gentes y distintas iglesias tienen conceptos diferentes.
¡Pero esa ignorancia podría costar muy cara! Lo primero que debemos establecer es lo siguiente: El Dios todopoderoso y viviente no nos permite decidir qué es pecado. ¡Él lo determina, y nos obliga a decidir si vamos a pecar o no! Y la paga - el castigo - para el pecado es la muerte por la eternidad (Romanos 6.23). ¡Esta pena es real! ¡Es un destino aterrador y espantoso!
Pecar es hacer lo que Dios dice es perjudicial para nosotros o para los demás. Pecar es hacer lo que nos priva de las bendiciones de Dios: de la paz, la felicidad, la seguridad, la vida abundante y placentera, y del don supremo de Dios - ¡la vida eterna!
Sí, Jesucristo viviente y la Santa Biblia constituyen la única y suprema autoridad que puede solucionar este asunto de una vez por todas. ¡La pregunta acerca de cuál es el día de reposo tiene que ver directamente con nuestra relación con Dios! Y eso se relaciona directamente con nuestro bienestar aquí y ahora y con nuestra eternidad. ¡Tiene una enorme importancia para Dios!
Jesucristo es la Palabra de Dios viva y personal. ¡Y la Sagrada Biblia es la Palabra de Dios escrita, por medio de la cual Cristo nos habla! Cristo es la cabeza activa de la única Iglesia verdadera. ¡Hemos encontrado la autoridad suprema!
Ahora bien, veamos qué nos dice Cristo, por medio de la Biblia, acerca del día que debemos guardar en esta era del Nuevo Testamento, y si ello tiene o no alguna importancia.